viernes, 30 de octubre de 2015

Semiogros

Los semiogros suelen nacer debido a la violencia y la esclavitud. Son considerados débiles y blandos según los estándares ogros, y bestiales y feos según los humanos. Impulsados por las necesidades sociales de ambas razas, los semiogros se esfuerzan en conseguir la aceptación para evitar convertirse en solitarios y abatidos.

Rasgos raciales:

  • Ajustes a las características: Fue +4, Int -2, Car -2, Con +2.
  • Velocidad base: 30 pies.
  • Humanoide (ogro): un semiogro es un humanoide con el subtipo ogro.
  • Idiomas automáticos: ogro y común.
  • Idiomas adicionales: cualquiera. Un semiogro suele elegir los lenguajes regionales de su progenitor humano como idioma adiciona.
  • Clase predilecta: Guerrero.
  • Ajuste de nivel: +1

Aptitudes especiales:

  • Tamaño mediano: como criaturas medianas no tienen bonificadores ni penalizadores relativos al tamaño.
  • Armadura Natural: +1 a la CA.
  • Visión en la penumbra: los semiogros pueden ver el doble de lejos que los humanos a la luz de las estrellas, de la luna, de una antorcha o en condiciones de poca iluminación. Conservan la aptitud para distinguir los colores y el detalle bajo tales condiciones. A efectos de juego, es como si tuvieran Visión en la oscuridad.

Personalidad:
 
Los semiogros reflejan la personalidad de la cultura en la que crecieron. Los que se crían entre ogros, a menudo son maltratados y se convierten en brutales y resentidos, ansiosos por probarse dignos de los ogros. En el mundo de los humanos, el semiogro a menudo es visto como una monstruosidad y tratado como un marginado, despreciado por su falta de autocontrol y su temperamento violento.

Descripción física:
Los semiogros miden entre 6 ½ y 7 ½ pies de altura, tienen los huesos gruesos, manos y pies grandes, y músculos firmes. Los semiogros criados entre ogros, a menudo van desgreñados y sucios, sin peinarse casi nunca su pelo largo (los varones también tiene barba descuidada). Los que crecen en el mundo de los humanos se visten y lavan tal y como les han enseñado. Algunos llevan grandes capas con capucha para ocultar su apariencia.

Relaciones:
 
Los humanos consideran malignos a los semiogros debido a su sangre ogra, mientras que los ogros los consideran débiles, enfermizos e inferiores. Los propios semiogros a menudo tienen sentimientos contradictorios sobre ambas partes de su herencia, o bien aceptan el funcionamiento de la sociedad en que crecen, o bien se convierten en solitarios. Otras razas, como los enanos y los elfos, simplemente dan por sentado que “un ogro es un ogro”. Sólo los kender tienen una actitud abierta hacia los semiogros, pero su curiosidad y su insensibilidad hace peligroso que un kender esté en compañía de un semiogro.

Alineamiento:
 
Los semiogros tienden hacia el alineamiento neutral. Tienen demasiada sangre de ogros para ser completamente buenos pero no abrazan el mal automáticamente. Si crecen bajo un código moral o religioso fuerte, los semiogros reflejan esas enseñanzas cando crecen y salen al mundo. Los semiogros que crecen y siguen viviendo entre los ogros casi siempre serán de alineamiento maligno.

Tierras de los semiogros:
 
Los semiogros no tienen tierras propias, y no son realmente bienvenidos en ninguna parte. Se los puede encontrar en lugares que se han convertido en paraíso para marginados y rufianes e incluso entonces, los del lugar los desprecian.

Religión:
 
Los semiogros reflejan las creencias de quienes los criaron. Algunos recurren a los dioses en su soledad y encuentran alivio, mientras que otros se sienten tan furiosos con lo desafortunado de su nacimiento, que rechazan por completo a las deidades.

Idioma:
Los semiogros aprenden primero el idioma de quienes les crían. Los que viajan eligen otros idiomas.

Nombres:
 
Cada semiogro es llamado de acuerdo con la costumbre de la raza y la cultura en la que creció. En la sociedad ogra, a menudo se les dan motes despectivos y ridículos hasta que se prueban en batalla.

Aventureros:
 
El tormento y la hostilidad impulsan a los semiogros a abandonar sus hogares muy pronto, lo que convierte a los semiogros aventureros en bastante comunes. Los semiogros a menudo son muy valientes y están dispuestos a correr grandes riesgos en un intento de probarse a sí mismos.

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